Adiós Venecia, adiós

Todos hemos pasado por ello. Vestidos con nuestras mejores galas en la boda de un amigo y pensando: “Es ideal. Están hechos el uno para el otro”.

Cinco años después, entre acusaciones de infidelidades y tras varios cientos de euros invertidos en terapia de pareja, todo se viene abajo. Nuestro amigo está durmiendo en nuestro sofá y pidiendo ayuda desesperadamente. Y nos preguntamos: ¿Cómo ha ocurrido? La mitad de lo que antes parecía invulnerable es ahora un saco de patatas al que no podemos convencer de que pare de relamer la tarrina del helado.

Hace ya demasiado tiempo que nuestro amigo viajó a Venecia por última vez. Todos nos hemos pellizcado allí para saber si algo tan bonito podría ser real. Vaya si lo es. Aunque ahora, quizá un poco menos. Una noche, cuando caminaba hacia su hotel, se detuvo en una ostería diminuta. Estaba muy cerca de uno de los 8.362 bares en los que Hemingway paró a tomar algo en su vida, pero entró allí por el simple hecho de que escuchó hablar italiano. El lector menos avispado podría deducir erróneamente que esto es algo muy lógico, dado que estaba en Italia, pero lo cierto es que se trata de un rara avis estando en Venecia.

Gran Canal Venecia
Has visto cosas increíbles y después, Venecia
Ropa tendida Venecia
Las ciudades que de verdad nos gustan suelen ser esas que tienen la ropa tendida en las fachadas

La cosa es que, cuando entró, tuvo la ligera sospecha de que molestaba. A nadie le gusta sentirse un intruso, así que saludó con la mano y siguió caminando, enfrentándose al insoportable invierno de Venecia. Cuando llegó a su hotel, le recomendaron visitar el histórico edificio del Fondaco dei Tedeschi, del siglo XVI. Primero había sido un almacén para los mercaderes alemanes. Luego, sede de aduanas, y más tarde, albergó el servicio de correos durante los tiempos de Mussolini. Hoy, parece un duty free de cualquier aeropuerto. Para poder llegar al interior, pasó obligado por tiendas de ropa cara y recuerdos. Encontró una cafetería, después de todo, y pagó seis euros por un cortado.

Más tarde, cayó en la cuenta: la relación está rota hasta tal punto que algunos de los ciudadanos de Venecia no soportaban que un turista estuviese deambulando por las calles del Cannaregio, buscando una ostería lejos del bullicio, solo, con las manos dentro de los bolsillos, una bufanda alrededor del cuello y con la cabeza encogida para protegerse del viento. Su sitio estaba en el centro comercial, con los demás visitantes.

El turismo probablemente destruya Venecia antes de que esta se hunda, como vaticinaban los expertos. Su modelo ha fracasado por completo o en su mayor parte. Esto no es bueno para nadie. Una farmacia en el centro histórico, propiedad de la familia Morelli desde hace cuatro generaciones, tiene desde hace unos años un contador en su escaparate que muestra la población de la ciudad. Los números dicen que quedan alrededor de 53.000 personas. En 1951, habían 175.000. Los habitantes de Venecia se han pronunciado: están hartos.

Venecia cuadro
Digamos lo que digamos aquí, Venecia es LA CIUDAD que debes visitar al menos una vez en la vida
Venecia puente
Venecia ha vivido siempre bajo la incertidumbre del hundimiento; una especie de resaca eterna. Pero qué resaca, tú
Venecia en barco
En un lugar así, donde el principal medio de transporte es acuático, cada calle es una postal

Pero luego está nuestro amigo, quien también tiene algo que perder con el actual desbarajuste turístico de Venecia. Ni se siente bien recibido ni se siente cómodo con semejante afluencia de extranjeros. Por no hablar de su propia cordura, mientras observa como los pisos turísticos y los hoteles luchan sin cuartel por ser los amos del lugar. Un lugar que resulta que es una lata de sardinas.

Y así, tal vez haya llegado el momento de que nuestro amigo se plante. Metafóricamente, por supuesto. Y metafóricamente, hasta que deje de serlo. Hasta que Venecia admita que el suyo es ya un matrimonio mal avenido y se preocupe por el bienestar de quien la pisa.

Venecia góndola
»¿Cómo es el paraíso?», se dijo Bolaño. «Como Venecia. Un sitio que se usa y se desgasta y sabe que nada perdura»

Cuando lo hagan, recuperaremos a nuestro amigo. Le mimaremos hasta que recupere la forma, le pagaremos unas rondas y le volveremos a poner las pilas. Y le diremos que, sí, que tiene razón, que él no era el problema, sino que ella lo era. Estaremos mintiendo, obviamente. No porque él fuese culpable, sino porque el matrimonio, simplemente, dejó de funcionar. A veces, lo que parece maravilloso en el juzgado no funciona en el comedor. Y nunca sabremos con certeza de quién es la culpa.

Lo que sí sabemos con seguridad es que, al menos, recuperaremos a nuestro amigo. Y que, al menos, podrá seguir con sus inquietudes viajeras en otra parte. En un lugar donde le aprecien, en un matrimonio que funcione.

19 comentarios en “Adiós Venecia, adiós

  1. Genial manera de evocar Venecia. 🙂👏🏻👏🏻

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    1. A toda vela y con resaca, Capitán 🙂 Muchas gracias!

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  2. Me parece magnífica la forma de acercarnos a la ciudad de Venecia y lo que significa, con una prosa elegante, amena y limpia. Me encantó. Y como la suerte también quiso llevarme por dos veces a la ciudad de los canales, de la segunda -si te apetece- te dejo las impresiones:
    https://viajarporlosmundos.wordpress.com/2018/07/16/venecia/
    ¡Salud!

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    1. El fondo nunca cambia, Julio. Quizá la forma de llegar a él. Venecia es un abrigo viejo que, pese al paso del tiempo, siempre sienta bien. Supongo que, como todo lo clásico, nunca pasará de moda. Muy a nuestro pesar, me temo 🙂

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  3. Tras has salido 😯 precioso 😍

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    1. Te has salido 😯 (era)

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      1. Gracias chicos, seguimos a flote 🙂

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  4. Me ha gustado mucho tu relato y de verdad que pena que el turismo tenga esas dos caras de progreso y de destrucción. Las fotos de los canales impresionantes.

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    1. Muchas gracias, Horacio. A este paso, el turismo pasará como un trasatlántico desbocado por encima de nuestros humildes barcos de remos. Intentaremos saltar a tiempo 🙂

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  5. Has encontrado una manera de mostrar Venecia (preciosas fotos) sin caer en tópicos.
    Es original, además de ser una realidad en la que muchos se verán reflejados.
    No has perdido el norte, lo tienes bien señalizado en tu brújula.
    Saludos.

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    1. Muchas gracias! Me alegra saber que te ha gustado. Pero, por otra parte, no te creas, sigo sacando la cabeza por la ventanilla del coche para poder orientarme 🙂 Un saludo!

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      1. Jajaja. No me lo creo, te veo bien orientado. 🤣🤣

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  6. Lucía Félix Prieto 1 junio, 2019 — 12:01

    Me ha parecido un artículo precioso. Visité Venecia en noviembre y se convirtió en una de mis ciudades favoritas. Por sus canales, sus puentes, sus calles estrechas… A pesar del mal tiempo que pillé, pero que gracias a él evité las grandísimas masas de turistas de la primavera y el verano. Aún así, antes de que muera, me gustaría visitarla de nuevo y ver sus colores. Espero no morir ahogada, en vez de por la lluvia que me inundó mi plaza de San Marcos, por masas de turistas.

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    1. Hola, Lucía! Muchas gracias por el comentario 🙂 Lo positivo del turismo de masas es que prácticamente todo el mundo hace lo mismo. Por mi experiencia, si sales del bucle San Marco/Rialto, y visitas otros distritos, encontrarás la ciudad mucho más accesible y solitaria. En todo caso, ya sabes, paciencia y a remar 🙂 Un saludo!

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