Menorca y la fábrica de publicidad

»Amar a tu país es como amar a Dios o a tu padrastro: nunca te sientes correspondido» (Peter Griffin)

Desde que la adoptamos como nuestra isla favorita hace tres veranos, Menorca ha crecido en popularidad. No es un mal comienzo, teniendo en cuenta el efecto que solemos tener sobre nuestros lugares predilectos. Hemos hundido un par de restaurantes en Gràcia, arruinado la trayectoria de una tienda de discos y también la de una reputada cervecería. Ten en cuenta que utilizo el término «nuestros lugares» a la ligera, ya que en ningún momento habíamos firmado un contrato de fidelidad.

Pero nuestra isla favorita tiene una ventaja inusual sobre sus competidores: ha sobrevivido al margen de las leyes de la publicidad. Hace unos días, vi un anuncio de maquinillas de afeitar donde se mostraba a un hombre de factura impecable aseándose en un cuarto de baño del tamaño de Madagascar. Un anuncio que poco o nada tiene que ver con la realidad. Pero así funciona esto: uno debe ver una idea adornada y poetizada de sus propios sueños para decidirse a comprar o invertir en un producto. Eso es, a fin de cuentas, la publicidad.

Menorca agroturismo
En nuestra casa de campo no teníamos ni vecinos ni nadie que dijese que éramos de esos que »siempre saludaban»
Cala Pilar Menorca
Llegar a ciertas playas exigen caminatas de 40 minutos; a no ser que el calor sea un incordio, vale la pena
Punta Nati faro
El faro de Punta Nati es uno de los mejores lugares de Menorca para ver caer el sol

Con los años, las islas Baleares han ido creciendo entre atrocidades y despropósitos. Desde 1939 hasta su muerte en 1975, Francisco Franco, especialista en atrocidades y despropósitos, privó a la isla de fondos públicos como castigo por su lealtad a la república durante la Guerra Civil española. Sin embargo, sus vecinas Mallorca e Ibiza, fueron víctimas de un plan de desarrollo urbanístico financiado por el régimen que deterioró gran parte de su entorno natural. La fábrica de publicidad hizo el resto. Se encargó de que el prestigio de las playas de Mallorca se multiplicase hasta convertirse en todo un desfile de celebridades, y de que Ibiza estuviese siempre a la vanguardia de las fiestas sin fecha de caducidad. Menorca, por el contrario, conservó su identidad virgen, ajena a la modernización.

La tranquilidad de esta isla no es para los viajeros que encuentran consuelo en las multitudes, ni para aquellos que se sienten incómodos con el silencio y el clima mediterráneo. Excepto en el aeropuerto, donde, como en el resto del mundo, reina una calma tensa, nadie tiene prisa en Menorca. Aquí, se moldea un estilo de vida más lento que el que la mayoría de nosotros experimentamos en nuestro día a día.

Mahón es la puerta de entrada a Menorca. La variedad de sus edificios refleja la lista de invasores, incluidos piratas turcos, que han ocupado sus calles a lo largo de los siglos. Pero han sido los británicos del siglo XVIII quienes dejaron huella, desde los marcos de las casas hasta la producción de ginebra. Siempre digo que beber no nos hará mejores, pero las vacaciones son demasiado cortas y la vida mucho más bonita con un Gin Xoriguer en tus manos.

viajar Islas Baleares
La típica casa rural menorquina, el sueño de cualquier urbanita
Menorca atardecer
Por lugares como este, Menorca fue declarada Reserva de Bioesfera por la UNESCO en 1993
señales vacas
Precaución, vacas a las tres y cuarto
catedral Ciutadella
Nos atrevemos a asegurar que Ciutadella es una de las ciudades más bonitas de todo el Mediterráneo

Menorca tiene una única carretera principal, que conecta Ciutadella y Mahón. Entre ambas ciudades hay 45 minutos y muchos kilómetros de praderas, sin anomalías. No hay chalets, ni hoteles de dudoso gusto. Tan solo algunos desvíos que conducen a alojamientos con el sello distintivo de agroturismocasas de campo reconvertidas en hoteles rústicos que conviven en total armonía con su entorno. También encontramos por el camino algunas granjas donde, entre otras cosas, podemos encontrar queso de Mahón, vino y aceite de oliva.  Al llegar al otro lado de la isla, a la fotogénica Ciutadella, tenemos siempre la impresión de estar en Italia. Y eso son palabras mayores. Quien quiera que se paseé por su casco antiguo o se deje caer por el mercado comprenderá enseguida por qué.

¿Y las playas, qué? Bueno, quien ha pisado Menorca sabe que en Europa no hay playas mejores que las suyas. Las de la costa sur son de arena blanca y aguas de intensidad caribeña. Las de la costa norte son más escarpadas y con arenales mucho menos poblados. Y a menos que tu preocupación sea aparentar en las redes sociales que disfrutas de unas vacaciones, en lugar de disfrutar de las vacaciones en sí, siempre encontrarás una hecha a tu medida. 

Cala Pilar playa

Cala Mitjana playa

Puesta de sol Menorca

Si algo aprendimos de Don Draper es que »La publicidad se basa en una cosa: la felicidad. Y, ¿sabes que es la felicidad? La felicidad es el olor de un coche nuevo. Es ser libre de las ataduras del miedo. Es una valla en un lado de la carretera que te dice que lo que estás haciendo, lo estás haciendo bien». Nuestra felicidad puede ser un negocio. Al fin y al cabo, si no fuese por el deseo de alcanzarla a toda costa, la publicidad no existiría.

Pero la publicidad consigue que incluso el más perezoso de los mortales tenga un ápice de explorador, que sueñe con encontrar su propio paraíso, lejano y exótico. Lo paradójico es que, tal vez, este se encuentre mucho más cerca de lo que creemos. Y aunque digan que a los lugares donde has sido feliz no debes volver, nosotros, con publicidad o sin ella, siempre, siempre, querremos volver a Menorca.

11 comentarios en “Menorca y la fábrica de publicidad

  1. Shsssssss!! No hables tan bien de Menorca que no he ido todavía y quiero disfrutar de las cosas que cuentas, sin los turistas 😉😉. No me extraña que llevéis tres años repitiendo

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    1. Yo? Dónde? Cuándo? Cómo? Por qué? 🙂

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      1. Jajajaja 😉😉

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  2. 🤤 que recuerdos Menorca 🤤 la verdad es que ahora, vamos más a las vecinas, Ibiza y Formentera pero la primera fue ella 🥰 y nos enamoró totalmente. Como bien decís tranquila, silenciosa… llena de bonitas calas… Hace mucho tiempo ya que la visitamos, siendo niños. Ahora gracias a vosotros con ganas de volver 🤤

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    1. Es que el primer amor es muy difícil de olvidar 🙂

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  3. ¿Puedo decir que no entiendo la reflexión de Don Draper sobre la publicidad/felicidad?

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    1. Hola, Carlos! En esta casa se puede opinar de todo, sin esperar a lo que diga el VAR 🙂 Hasta donde yo entiendo, creo que se refiere a que la publicidad se basa, fundamentalmente, en crear necesidades, desde una cafetera nueva hasta la película que has de ver en los cines este verano. Cosas prescindibles que los publicistas intentan que parezcan indispensables para que logres ser feliz. Vender humo, vamos. Un saludo!

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  4. Eso me había parecido, pero no estaba muy seguro; gracias por confirmarlo.
    Un saludo.

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  5. Pues me ha parecido una entrada estupenda, con buenas referencias, también históricas, para contextualizar la realidad de la isla que he podido disfrutar en varias ocasiones. De una de ellas, te dejo lo recogido en el cuaderno Lucernarios (todavía no lo pasé a Viajar Ver Vivir) de hace ya… 8 años. Espero que no te defraude:
    https://lucernarios.net/noticias-de-la-bitacora/menorca-la-cultura-de-la-piedra/

    ¡Salud y viajes!

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    1. Gracias por el aporte Julio 🙂 Me leeré tu relato con gusto. Yo, a todo lo que huela a Menorca, me tiro en plancha 🙂

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      1. Pues te comprendo, es la isla que más me gusta de Baleares.

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