Delta del Ebro, playas y recuerdos

A tan solo dos horas de Barcelona, ​tanto el parque natural del Delta del Ebro como sus playas ofrecen un escape rejuvenecedor para esos momentos en los que uno siente la necesidad de cortar de raíz los lazos con el caprichoso mundo moderno.  

Nos echamos a la carretera y una vez en Tarragona se nos ocurrió hacer una parada en Miravet. Teníamos ganas de conocer este lugar, y no nos decepcionó en absoluto. Fotogénico como pocos, el pueblo se levanta dentro de un entorno natural bucólico, con sus casas colgantes sobre el río, una vieja iglesia asentada sobre los restos de una mezquita y un auténtico castillo templario. 

Delta Ebro Miravet
En Miravet parece que no hay mañanas grises; es como amanecer escuchando Mozart a diario
Miravet Tarragona
Estado mental: despejado
miravet castillo
Se alquila castillo templario en buen estado; ideal para bodas, bautizos y películas de ninjas. Razón aquí

Nada más desviarnos hacia el corazón del Delta del Ebro, de repente, nos invadieron los recuerdos, aunque era la primera vez que veníamos aquí. Los recuerdos: esos habitantes de nuestra memoria que sirven como materia prima para algo tan peliagudo como la nostalgia. Habíamos dejado la carretera comarcal de Tarragona y un mundo de arrozales, lagunas y playas kilométricas se abrió ante nosotros. De repente, Asia en la retina. No nos habíamos bajado del coche y ya sabíamos lo mucho que nos iba a gustar aquello.

El Parque Natural del Delta del Ebro y las playas que lo delimitan conforman una de las zonas húmedas más importantes de todo el Mediterráneo. Si pierdes el sueño con las aves, aquí encontrarás especies que no existen en ningún otro lugar del planeta. La lista impone –se pueden ver alrededor de 350 diferentes– incluida la rara gaviota de Audouin, el águila perdicera y el flamenco mayor. 

Ebro delta tarragona
El Ebro serpenteando antes de precipitarse definitivamente hacia el Mediterráneo
delta ebro cruce
Rodeados por arrozales hasta donde alcanza la vista; la pesadilla de cualquier pareja de recién casados
Delta Ebro arroz
¿Hay alguien ahí?

Una carretera de horizonte infinito conduce hasta el mar, y a través de ella distinguimos algunos escondites de observación apuntando hacia las lagunas, aunque los humanos no son los únicos que vigilan el agua. En algunos lugares, las garzas aguardan pacientemente esperando el almuerzo. Mientras avanzamos, no dejo de pensar en cuánto tiempo tardará la gente de por aquí en familiarizarse con las estrechas carreteras de este laberinto. Es muy difícil no perderse en algún momento. Aunque la verdad es que me gusta sentirme perdido cuando viajo; si no tiras el dado, no tienes emoción. 

Paul Theroux sostenía que »Siempre se necesita un mapa, pero hay de dos tipos; uno que te muestra el camino y otro que solo es mental. Sí se necesita un mapa, pero no puedes estar ceñido a él”.  Y sino, ya sabes, siempre puedes acabar recurriendo a Google Maps, aunque a veces sus indicaciones lleven a caminos imposibles. A nosotros nos pasa muy a menudo. 

Las comparaciones con Asia no se quedan únicamente en la superficie, sino que entran directamente al estómago. El arroz es el producto estrella de la gastronomía del Delta del Ebro, y no es para menos, teniendo en cuenta que el 20% del arroz producido en España sale de estas tierras. Así que no hay que marcharse de aquí sin probar alguna de sus muchas variantes (nota: frente a temas verdaderamente importantes no se puede ser tibio. Hay que pronunciarse y alzar la voz. Yo digo NO rotundo al arroz con leche).  

delta ebro tarragona playas
Amor rural a primera vista
Arrozales delta ebro
Desde mucho tiempo atrás, el arroz es el motor económico del Delta y lo que define su aspecto actual
Delta del Ebro paisaje
Enjoy the silence ♪ ♫ ♪ ♫

Hay tantas playas en el Delta del Ebro que la elección puede abrumar. Con más de cien kilómetros de arenales, puede ocurrir lo de Netflix; tenemos tanto para elegir que al final no elegimos nada. Por suerte, no es el caso. La playa de El Trabucador tiene mar por ambos lados y es la favorita de los incondicionales del Kitesurf. Además, sus seis kilómetros de longitud aseguran tranquilidad a la hora de la siesta. 

La playa de El Fangar, inmensa, se extiende al norte de la desembocadura, y es muy popular por el viejo faro que se eleva junto a las dunas, lo que le da un aspecto sorprendente y misterioso. El camino hasta allí es largo (unas tres horas entre ir y volver), por lo que es especialmente recomendable hacerlo al atardecer, cuando el calor deja vivir. 

Caminando por el Delta del Ebro tengo la impresión de estar en esa clase de pueblo en el que cuando llegas tarde a un sitio vas totalmente tranquilo porque sabes que tus amigos llegarán más tarde todavía; cuando quedas a las nueve y sales de casa a esa hora y sabes que llegarás el primero seguro. Así, llegamos a la playa de la Marquesa, y allá donde veía, se sucedían recuerdos de mi niñez que restablecieron mi fe en la humanidad: niños descalzos jugando por la orilla, adolescentes divirtiéndose jugando al fútbol playa y adultos con cañas de pescar y neveras con suficiente cerveza fría como para aguantar hasta la puesta de sol.

playa trabucador delta
Sin vecinos en las cercanías; una realidad habitual en cualquiera de las playas del Delta del Ebro
delta ebro playas
La cucaracha y la furgoneta son los únicos animales que sobrevivirían a un holocausto nuclear

fangar playa delta

En la tierna ‘Boyhood’, Ethan Hawke le dice a Mason, el niño protagonista, que «siempre es ahora mismo», y creo que tiene razón. El momento, al que le pedimos cuentas con el eterno carpe diem, vive gracias a nuestras decisiones y las de aquellos que nos rodean. Y ese flujo de circunstancias, personas y lugares, crean esa realidad inagotable y compleja que es la vida. Nuestros recuerdos, en definitiva. 

El Delta del Ebro es un lugar contemplativo, frágil y lleno de serenidad. No gustará a los sedientos de acción ni a los ansiosos. Pero a cambio, ofrece un mundo tan sencillo como genuino. Tan distante como verídico. Hay voces que defienden que esta clase de vida está ya »fuera de lugar», porque es verdad que lo está. 

Me pregunto si sabemos qué lugar es ese, y si no nos convendría más estar fuera que estar dentro.

8 comentarios en “Delta del Ebro, playas y recuerdos

  1. Que bonito sitio, sin gente y sin coronavirus. Otro mundo es posible, feliz semana.

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    1. Debería haberme quedado a vivir dentro de aquel arroz caldoso, pero clarísimo 🙂 Un abrazo!

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  2. Estuvo deliciosa tu descripción del sitio, inspira tranquilidad 🙂

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